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A modo de curiosidad histórica se presenta un resumen del caso por Daño Cerebral Adquirido probablemente más famoso.

El 13 de septiembre de 1848 Phineas P. Gage sufrió un accidente en el que una barra metálica atravesó su cerebro por los lóbulos frontales, sobreviviendo milagrosamente. Phineas era un trabajador responsable y tenaz. Cuando se recuperó de las lesiones, su intelecto se hallaba intacto pero su personalidad había cambiado drásticamente. De ser una persona responsable, trabajador y adaptado socialmente, pasó a ser una persona impulsiva, irresponsable, indiferente a las emociones de los demás e incapaz de planificar el futuro. Lo que llamamos un “pseudopsicópata” y actualmente un Trastorno Orgánico de la Personalidad. De esta forma, Phineas Gage marcó el origen del estudio de la relación entre los lóbulos frontales, la psicopatología y la conducta.

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LÓBULO FRONTAL

Situado en la zona anterior del cerebro. Permite la cognición superior y compleja gracias a las funciones ejecutivas. Estas funciones son operaciones mentales dirigidas hacia un fin que permiten el control conductual, es decir, posibilitan que podamos elegir, planificar y tomar decisiones voluntarias y conscientes. Según Elkhonon Goldberg, el lóbulo frontal es al cerebro lo que un director a una orquesta: coordina y dirige las otras estructuras neurales del cerebro en una acción concertada. La memoria de trabajo, el lenguaje, el movimiento o la autoconciencia dependen del lóbulo frontal, el ingenio, la capacidad creativa, etc.

LA CORTEZA PREFRONTAL

La parte anterior de la corteza frontal, la corteza prefrontal, es fundamental en las funciones ejecutivas, integrando la información, permitiendo la elección de objetivos y la organización de los planes de acción para realizarlos. Constituye una región cerebral que nos hace humanos y únicos porque es de las más recientes filogenéticamente y la última en madurar en la ontogénesis.

Se ha demostrado que existe una relación entre el desarrollo de las funciones ejecutivas y el proceso de maduración de la corteza prefrontal. Algunos estudios demuestran que en niños de 5 años ya se han desarrollado, parcialmente, la memoria de trabajo, la inhibición y la flexibilidad cognitiva que son componentes claves de las funciones ejecutivas.

FUNCIONES EJECUTIVAS

El concepto de función ejecutiva define a un conjunto de habilidades cognitivas que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, la formación de planes y programas, el inicio de las actividades y operaciones mentales, la corrección o la autorregulación de las tareas, si esto fuera necesario, y la habilidad de llevarlas a cabo eficientemente. Las funciones ejecutivas definen la actividad de un conjunto de procesos cognitivos, los cuales están vinculados al funcionamiento de los lóbulos frontales cerebrales del ser humano.

Como se ha señalado antes, la ubicación principal está en los lóbulos frontales que a modo de director de orquesta reciben información de estructuras cerebrales inferiores, gestionándolas, organizándolas para que la conducta realizada sea afinada, adecuada, y coordinada.

Tradicionalmente se han estudiado los déficits en las Funciones Ejecutivas en sujetos con daño cerebral frontal. En la actualidad se realiza una amplia e intensa investigación sobre la afectación ejecutiva en diversas patologías como el TDAH, la Esquizofrenia y las Demencias entre otras

4LOS SÍNDROMES FRONTALES

Las diferentes localizaciones anatómicas de una lesión ocasionarán diversos síntomas y signos. En el caso del daño en el lóbulo frontal éstas se han subdividido en distintos síndromes llamados prefrontales.

En la tabla se muestran los diferentes síndromes clínicos en función de las regiones afectadas.

5La clínica es de presentación muy polimorfa y dispar, asociada preferentemente al área lesionada.

Sin embargo son frecuentes las presentaciones mixtas dada la enorme interconexión neuronal.

Bibliografía
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Autor Psíquiatra Carlos Morillo-Valarde